Desde su lanzamiento el 11 de enero de 2024, IBIT ha superado los récords de crecimiento de los ETF, alcanzando 72 400 millones de dólares en activos gestionados en 341 sesiones bursátiles, a un ritmo muy superior al que marcaron en su día los ETF vinculados al oro. Este impulso excepcional subraya no solo la rápida penetración de Bitcoin entre los inversores institucionales, sino también una evolución clara en la percepción de los mercados financieros hacia los activos digitales. Ahora, la cuestión no es si invertir, sino cómo determinar la asignación óptima.
BlackRock propone Bitcoin como un vehículo de inversión a largo plazo, buscando el equilibrio entre volatilidad y escasez. La firma recomienda destinar entre un 1 % y un 2 % de una cartera tradicional 60/40 (renta variable y renta fija) a Bitcoin, con el fin de diversificar la cartera y reforzar su protección contra la inflación.
Bitcoin se concibió como una alternativa a la centralización dominante en las finanzas tradicionales. Sin embargo, el hecho de que el mayor gestor de activos mundial posea más de 660 000 BTC pone en evidencia la tensión entre el principio de descentralización y la concentración institucional. Aunque Coinbase Custody proporciona custodia segura, seguro y cumplimiento normativo para estos activos, la mayoría de los inversores sigue accediendo a Bitcoin mediante canales centralizados.
Esta situación reduce las barreras de acceso, pero también suscita críticas por el posible debilitamiento del fundamento descentralizador de Bitcoin. El mercado tiende actualmente hacia un modelo híbrido: la descentralización actúa como base, mientras que los grandes flujos de capital se canalizan principalmente por medio de ETF y plataformas institucionales.
En el corto plazo, las fuerzas del mercado ejercen presión sobre los precios de Bitcoin. Si el soporte de 115 000 dólares aguanta, cabe esperar un rebote. Si la presión vendedora se intensifica, es probable que Bitcoin busque apoyos en niveles todavía más bajos.
Por otro lado, el crecimiento explosivo de los ETF pone de relieve un proceso de institucionalización acelerado. Emisores como VanEck estiman que Bitcoin podría rondar los 180 000 dólares en 2025. Esta previsión está en línea con la agresiva estrategia de acumulación de BlackRock. No obstante, algunos expertos advierten de que una financiarización excesiva podría importar riesgos típicos de los mercados tradicionales, como caídas súbitas provocadas por el trading algorítmico o desajustes de liquidez en los ETF, trasladando el origen de la volatilidad de Bitcoin desde el sentimiento minorista a factores sistémicos.
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Bitcoin afronta una encrucijada crucial. Por un lado, la dinámica institucional consolida su legitimidad en el sistema financiero; por otro, su esencia descentralizadora corre el riesgo de verse erosionada. Para los inversores, este momento supone tanto un riesgo como una oportunidad singular que solo se presenta una vez por generación.