Los activos digitales representan valores en formato electrónico basados en criptografía, cuya verificación y transacción se realiza a través de tecnología de registro distribuido (DLT). Este concepto abarca varias categorías: criptomonedas, tokens utilitarios, tokens de seguridad, tokens no fungibles (NFT) y monedas digitales de bancos centrales (CBDC). Se distinguen por su capacidad de programación, la eliminación de intermediarios y la posibilidad de transferir valor de forma instantánea y global.