Uno de los casos de uso más inmediatos de los coprocesadores ZK es el análisis de datos verificables. Los contratos inteligentes tradicionales no resultan aptos para procesar grandes volúmenes de datos, ya que todo cálculo debe ejecutarse en el entorno de la blockchain, limitado por las comisiones de gas y la capacidad de los bloques. Los coprocesadores solucionan esta limitación realizando consultas fuera de la cadena y generando pruebas sucintas que acreditan la exactitud de los resultados.
Por ejemplo, un exchange descentralizado puede necesitar analizar datos históricos de precios a lo largo de miles de bloques para calcular métricas de riesgo. Ejecutar esta operación directamente en la blockchain resultaría prohibitivamente costoso. Gracias a un coprocesador, el exchange puede ejecutar el cálculo fuera de la cadena y aportar una prueba de conocimiento cero que demuestre que el resultado, como la media móvil de 30 días, es correcto y está basado en datos auténticos de la cadena. De este modo, se reduce la carga computacional sin mermar la confianza, permitiendo que análisis avanzados alimenten decisiones on-chain sin necesidad de intermediarios centralizados.
Los protocolos de finanzas descentralizadas (DeFi) han sido pioneros en el uso de coprocesadores ZK, dado que necesitan tanto escalabilidad como reducir la necesidad de confianza. En mercados de préstamos, por ejemplo, la evaluación de la solvencia de un prestatario puede requerir el análisis del historial de transacciones on-chain o de datos crediticios externos. Un coprocesador puede llevar a cabo este análisis de forma privada y generar una prueba de que el prestatario cumple los criterios exigidos, sin revelar detalles sensibles.
Otra área es la verificación de colateral. Las stablecoins y los activos sintéticos suelen depender de reservas externas que deben poder auditarse, pero sin renunciar a la privacidad. Los coprocesadores ZK hacen posible esta auditoría al demostrar la suficiencia de las reservas sin exponer los datos financieros originales. Esta propuesta responde al aumento del escrutinio regulatorio y, al mismo tiempo, mantiene la confidencialidad de los usuarios, un equilibrio que las blockchains totalmente públicas no pueden ofrecer.
Los protocolos también utilizan coprocesadores para verificar cálculos de tipos de interés, pagos de seguros o valoraciones de derivados complejos. Al realizar estos cálculos fuera de la cadena, los proyectos pueden ofrecer productos financieros avanzados sin incurrir en los elevados costes de computación on-chain.
La inteligencia artificial y el aprendizaje automático requieren una gran cantidad de recursos y no pueden ejecutarse de forma realista dentro de los contratos inteligentes. Sin embargo, la integración de resultados de IA en aplicaciones blockchain es cada vez más relevante, especialmente cuando es esencial confiar en dichos resultados sin revelar los modelos o los datos subyacentes.
Los coprocesadores ZK salvan esta brecha al demostrar que un modelo se ha ejecutado correctamente sin exponer sus parámetros ni los datos de entrenamiento. Por ejemplo, una aplicación médica descentralizada podría emplear un modelo de IA fuera de la cadena para analizar historiales sanitarios y, a continuación, aportar a una plataforma de seguros en blockchain una prueba de que el análisis cumple los criterios de elegibilidad, sin revelar información médica privada. Así, la tecnología de conocimiento cero amplía su utilidad desde la transparencia financiera hasta la protección de datos en sectores especialmente sensibles.
El cumplimiento regulatorio adquiere cada vez mayor relevancia en los ecosistemas blockchain, especialmente a medida que las instituciones acceden a los mercados descentralizados. Las verificaciones KYC (Know Your Customer) y AML (Anti-Money Laundering) suelen ser obligatorias, pero chocan con el espíritu de sistemas abiertos y sin permisos. Los coprocesadores ZK aportan una solución viable al hacer posible el zk-KYC: probar que un usuario ha superado la verificación de identidad sin revelar datos personales en la blockchain.
Esta funcionalidad resulta especialmente valiosa en ventas de tokens, DeFi institucional y pagos internacionales. En lugar de exponer documentos del usuario o atributos sensibles, un coprocesador genera una prueba de conocimiento cero que confirma el cumplimiento de los requisitos regulatorios. La cadena únicamente verifica la prueba, lo que minimiza el riesgo de fugas de datos y garantiza el cumplimiento legal. Este modelo encaja con los nuevos marcos regulatorios orientados a preservar la privacidad y ya se está probando en distintos entornos regulatorios internacionales.
La interoperabilidad sigue siendo uno de los mayores desafíos de la infraestructura blockchain. Actualmente, la mayoría de los puentes dependen de validadores de confianza o esquemas multisig, que han sido vulnerables a ataques de forma recurrente. Los coprocesadores ZK permiten una alternativa con mínima confianza: las pruebas cross-chain.
Un coprocesador puede verificar que un evento o estado existe en una cadena y probar su validez en otra, sin que sea necesaria comunicación directa entre ambas. Esta función resulta especialmente ventajosa para los rollups y las blockchains modulares, donde los activos y datos deben trasladarse libremente sin añadir nuevos supuestos de confianza. Por ejemplo, un protocolo de liquidez en Ethereum puede confirmar los saldos de colateral en un zk-rollup sin depender de un operador de puente centralizado, mejorando la seguridad y la composabilidad.
La verificación entre cadenas también posibilita casos avanzados como sistemas de identidad unificada, estrategias DeFi entre rollups y experiencias de usuario fluidas en varios ecosistemas. Al ejercer como capas neutrales de verificación, los coprocesadores ZK reducen la fragmentación y establecen las bases para un ecosistema blockchain más conectado y eficiente.