Japón, como la tercera economía más grande del mundo, ha enfrentado numerosos desafíos en los últimos años. La pandemia de COVID-19, la alta deuda y el envejecimiento de la población son problemas que han ejercido una gran presión sobre la economía japonesa. Ante estas dificultades, Japón pone sus esperanzas en una nueva generación de tecnologías de Internet, representadas por Web3, en un intento de recuperar su antiguo esplendor.
Desarrollo económico de Japón: coexistencia de fragmentación y reestructuración
Como una típica nación insular del océano, Japón, aunque posee amplias aguas y ricos recursos marinos, también enfrenta desafíos como la escasez de recursos y la frecuencia de desastres naturales. Estas características han moldeado la trayectoria de desarrollo de la expansión exterior de Japón.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la economía japonesa cayó en el caos. Sin embargo, gracias a la fuerte intervención del gobierno y las oportunidades traídas por la Guerra de Corea, Japón logró una rápida recuperación y despegue, creando un "milagro económico". En la década de 1960, el producto nacional bruto de Japón alcanzó el segundo lugar entre los países occidentales.
Desde entonces, la estructura económica de Japón ha ido evolucionando, pasando de una industria pesada a una industria intensiva en tecnología. Tras la ruptura de la burbuja económica a principios de los años 90, Japón aceleró su paso hacia la globalización, aumentando rápidamente sus activos en el extranjero. Al mismo tiempo, Japón incrementó su inversión en tecnología y lanzó una serie de planes de investigación científica, sentando las bases para el desarrollo industrial.
Después de décadas de desarrollo, Japón se ha convertido en un verdadero país desarrollado, con un PIB per cápita cercano a los 40,000 dólares. Tiene una posición importante en empresas multinacionales y en campos tecnológicos clave. Sin embargo, al mismo tiempo, el desarrollo de Japón en el ámbito de Internet ha sido relativamente lento.
La falta de desarrollo de Internet en Japón
En comparación con industrias tradicionales como la manufactura, el desempeño de Japón en el campo de Internet es decepcionante. De las 20 empresas de Internet más grandes del mundo, solo una, Rakuten, está en la lista. Incluso en el campo tradicional de Internet como el comercio electrónico, el desarrollo de Japón está muy rezagado en comparación con países como China y Estados Unidos.
Las razones de esta situación incluyen:
El tamaño del mercado es limitado. La población de Japón y el alcance de su cultura lingüística son relativamente pequeños, lo que dificulta la formación de una base de usuarios de Internet tan grande como la de China y Estados Unidos.
Falta de un ambiente innovador. La cultura tradicional japonesa es bastante conservadora y tiene una baja aceptación de la innovación y el error, lo que no se corresponde con las características de rápida iteración de la industria de Internet.
Sistema de servicios offline completo. Los servicios comerciales offline en Japón están muy desarrollados, lo que ha suprimido en cierta medida la demanda de servicios en Internet.
La población está envejeciendo gravemente. Los ancianos tienen una baja aceptación hacia las novedades, lo que no favorece el desarrollo de la industria de Internet.
Oportunidad de desarrollo perdida. Japón estaba en la etapa de ruptura de la burbuja económica al inicio de la explosión de Internet y no pudo aprovechar la oportunidad.
Estos factores han llevado a que Japón tenga dificultades para generar empresas con competitividad global en el ámbito de Internet, y su tecnología central se ha quedado rezagada. La industria de TI de Japón se concentra principalmente en áreas como la subcontratación regional, y su fuerza general muestra una clara diferencia con respecto a países como Estados Unidos y China.
Transformación de Japón: Enfocándose en Web3
Frente a la rezago en el ámbito de Internet, el gobierno y las empresas de Japón están activamente posicionándose en Web3, intentando aprovechar la oportunidad en una nueva ronda de revolución tecnológica.
En mayo de este año, el primer ministro japonés Fumio Kishida declaró públicamente que la llegada de la era Web3 podría impulsar el crecimiento económico, y Japón promoverá enérgicamente el desarrollo de la industria relacionada desde el nivel de políticas. Posteriormente, el gobierno japonés lanzó una serie de medidas políticas para apoyar el desarrollo de Web3:
Se promulgó la primera ley de stablecoins del mundo, proporcionando una garantía legal para el desarrollo de las criptomonedas.
Aprobar las políticas económicas relacionadas, proponer la promoción de la construcción de un internet descentralizado
Impulsar la revisión de las leyes relevantes para proporcionar incentivos fiscales a las empresas de Web3
Estas medidas políticas demuestran la determinación de Japón para desarrollar la industria Web3. De hecho, Japón ha estado prestando atención a Web3 desde hace mucho tiempo:
Por un lado, la pandemia ha expuesto las debilidades de Japón en el ámbito de la economía digital, impulsando su aceleración en la transformación digital. Por otro lado, en el contexto del envejecimiento de la población, una economía digital de activos ligeros se alinea mejor con las necesidades de desarrollo de Japón. Además, como un campo emergente, el Web3 aún no ha formado un patrón dominante a nivel global, lo que brinda a Japón la oportunidad de superar en las curvas.
Bajo el impulso dual del apoyo político y la demanda del mercado, la industria Web3 de Japón ha comenzado a mostrar cierto impulso en su desarrollo.
El número de intercambios de criptomonedas sigue aumentando, y la base de usuarios continúa expandiéndose.
El número de comerciantes que apoyan los pagos con activos criptográficos está creciendo rápidamente
Grandes empresas de videojuegos como Bandai Namco comienzan a establecerse en los juegos de blockchain.
Proyectos Web3 locales como Astar Network están surgiendo gradualmente
Instituciones de inversión como SoftBank y SBI están invirtiendo activamente en el campo de Web3
A pesar de que Japón perdió oportunidades en el ámbito de Internet, su desarrollo en el campo de Web3 aún es digno de期待. El apoyo de las políticas gubernamentales y la activa disposición de las empresas pueden ayudar a Japón a restaurar su gloria en esta nueva ronda de revolución tecnológica. Sin embargo, para lograr adelantarse en la curva, Japón aún necesita hacer más esfuerzos en áreas como la cultura de innovación y la formación de talento.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
Japón se está posicionando por completo en Web3 con el objetivo de reinventar su esplendor económico.
Japón se esfuerza por alcanzar la ola del Web3
Japón, como la tercera economía más grande del mundo, ha enfrentado numerosos desafíos en los últimos años. La pandemia de COVID-19, la alta deuda y el envejecimiento de la población son problemas que han ejercido una gran presión sobre la economía japonesa. Ante estas dificultades, Japón pone sus esperanzas en una nueva generación de tecnologías de Internet, representadas por Web3, en un intento de recuperar su antiguo esplendor.
Desarrollo económico de Japón: coexistencia de fragmentación y reestructuración
Como una típica nación insular del océano, Japón, aunque posee amplias aguas y ricos recursos marinos, también enfrenta desafíos como la escasez de recursos y la frecuencia de desastres naturales. Estas características han moldeado la trayectoria de desarrollo de la expansión exterior de Japón.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la economía japonesa cayó en el caos. Sin embargo, gracias a la fuerte intervención del gobierno y las oportunidades traídas por la Guerra de Corea, Japón logró una rápida recuperación y despegue, creando un "milagro económico". En la década de 1960, el producto nacional bruto de Japón alcanzó el segundo lugar entre los países occidentales.
Desde entonces, la estructura económica de Japón ha ido evolucionando, pasando de una industria pesada a una industria intensiva en tecnología. Tras la ruptura de la burbuja económica a principios de los años 90, Japón aceleró su paso hacia la globalización, aumentando rápidamente sus activos en el extranjero. Al mismo tiempo, Japón incrementó su inversión en tecnología y lanzó una serie de planes de investigación científica, sentando las bases para el desarrollo industrial.
Después de décadas de desarrollo, Japón se ha convertido en un verdadero país desarrollado, con un PIB per cápita cercano a los 40,000 dólares. Tiene una posición importante en empresas multinacionales y en campos tecnológicos clave. Sin embargo, al mismo tiempo, el desarrollo de Japón en el ámbito de Internet ha sido relativamente lento.
La falta de desarrollo de Internet en Japón
En comparación con industrias tradicionales como la manufactura, el desempeño de Japón en el campo de Internet es decepcionante. De las 20 empresas de Internet más grandes del mundo, solo una, Rakuten, está en la lista. Incluso en el campo tradicional de Internet como el comercio electrónico, el desarrollo de Japón está muy rezagado en comparación con países como China y Estados Unidos.
Las razones de esta situación incluyen:
El tamaño del mercado es limitado. La población de Japón y el alcance de su cultura lingüística son relativamente pequeños, lo que dificulta la formación de una base de usuarios de Internet tan grande como la de China y Estados Unidos.
Falta de un ambiente innovador. La cultura tradicional japonesa es bastante conservadora y tiene una baja aceptación de la innovación y el error, lo que no se corresponde con las características de rápida iteración de la industria de Internet.
Sistema de servicios offline completo. Los servicios comerciales offline en Japón están muy desarrollados, lo que ha suprimido en cierta medida la demanda de servicios en Internet.
La población está envejeciendo gravemente. Los ancianos tienen una baja aceptación hacia las novedades, lo que no favorece el desarrollo de la industria de Internet.
Oportunidad de desarrollo perdida. Japón estaba en la etapa de ruptura de la burbuja económica al inicio de la explosión de Internet y no pudo aprovechar la oportunidad.
Estos factores han llevado a que Japón tenga dificultades para generar empresas con competitividad global en el ámbito de Internet, y su tecnología central se ha quedado rezagada. La industria de TI de Japón se concentra principalmente en áreas como la subcontratación regional, y su fuerza general muestra una clara diferencia con respecto a países como Estados Unidos y China.
Transformación de Japón: Enfocándose en Web3
Frente a la rezago en el ámbito de Internet, el gobierno y las empresas de Japón están activamente posicionándose en Web3, intentando aprovechar la oportunidad en una nueva ronda de revolución tecnológica.
En mayo de este año, el primer ministro japonés Fumio Kishida declaró públicamente que la llegada de la era Web3 podría impulsar el crecimiento económico, y Japón promoverá enérgicamente el desarrollo de la industria relacionada desde el nivel de políticas. Posteriormente, el gobierno japonés lanzó una serie de medidas políticas para apoyar el desarrollo de Web3:
Estas medidas políticas demuestran la determinación de Japón para desarrollar la industria Web3. De hecho, Japón ha estado prestando atención a Web3 desde hace mucho tiempo:
Por un lado, la pandemia ha expuesto las debilidades de Japón en el ámbito de la economía digital, impulsando su aceleración en la transformación digital. Por otro lado, en el contexto del envejecimiento de la población, una economía digital de activos ligeros se alinea mejor con las necesidades de desarrollo de Japón. Además, como un campo emergente, el Web3 aún no ha formado un patrón dominante a nivel global, lo que brinda a Japón la oportunidad de superar en las curvas.
Bajo el impulso dual del apoyo político y la demanda del mercado, la industria Web3 de Japón ha comenzado a mostrar cierto impulso en su desarrollo.
A pesar de que Japón perdió oportunidades en el ámbito de Internet, su desarrollo en el campo de Web3 aún es digno de期待. El apoyo de las políticas gubernamentales y la activa disposición de las empresas pueden ayudar a Japón a restaurar su gloria en esta nueva ronda de revolución tecnológica. Sin embargo, para lograr adelantarse en la curva, Japón aún necesita hacer más esfuerzos en áreas como la cultura de innovación y la formación de talento.